La Virgen de la Piedad es la primera titular mariana con la que cuenta la Real Archicofradía de Nuestro Padre Jesús Nazareno, la cual careció de una imagen de la Virgen a lo largo de su extensa historia. Viene incorporada como parte de un grupo escultórico, conformado por la imagen de la Santísima Virgen (que presenta unos rasgos faciales alejados de los clásicos del barroco sevillano, que nos presenta imágenes marianas de facciones muy juveniles, mostrando a su vez una expresión de tristeza y dolor, a la par que dulzura en su rostro), arrodillada sobre su pierna izquierda mientras sostiene a su hijo muerto en su regazo. Ambas imágenes, de estilo neobarroco, fueron concebidas en una posición particularmente natural, lo que dota al conjunto de gran realismo. La imagen del Cristo, también de gran belleza, reposa sobre la peana, reclinando su mitad superior hacia el regazo de su madre y extendiendo su mitad inferior hacia el exterior de la misma con las piernas semicruzadas, conservando parte de la posición en que acaba de morir en la Cruz (hecho que también contribuye al estremecedor realismo del conjunto.
Ambas imágenes fueron talladas en madera policromada por el imaginero cordobés Enrique Ruiz Flores, siendo finalizadas en 1999. El sábado 20 de marzo de ese mismo año tuvo lugar el multitudinario acto de bendición.
La peana, voluminosamente tallada en madera de cedro, reza en su parte posterior la apostilla ``se hallaba su madre al pie de la Cruz´´.
Procesiona en un paso de estilo neobarroco salido del taller del tallista cordobés José Carlos Rubio Valverde. Inicialmente lo hizo a hombros, siendo portada por un grupo de 66 jóvenes horquilleros procedentes del Lavatorio, a lo largo de cinco varales, hasta que en el año 2006 se decide la transformación del trono a costal. Es iluminado por cuatro arbotantes de siete guardabrisas, uno en cada esquina; y dos arbotantes centrales de cinco guardabrisas. A su vez, cada una de las esquinas superiores del canasto aparece flanqueada por los cuatro Profetas Mayores: Isaías, Ezequiel, Jeremías y Daniel.
Fotografía del primer año en que procesionó, por entonces a varal. |
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